
La guerra del agua: las graves secuelas de la crisis hídrica en Chile.
Los períodos de sequía no son raros, se han repetido muchas veces, pero que el Gobierno haya tenido que declarar –en pleno invierno– como zona de emergencia agrícola a 17 comunas de la Región Metropolitana, es una muestra clara de la gravedad de la situación hídrica en el país. Una que no solo podría acelerar el abandono del campo, sino que además pondría en el largo plazo en peligro el acceso al consumo de agua potable en las ciudades, todo unido a un encarecimiento del precio de los alimentos.
"Aunque eventualmente esta sequía terminará, la situación de estrés hídrico continuará", advirtió el académico de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero.
Para el año 2050, el agua disponible en Chile se reducirá en un tercio en algunas regiones, según los modelos actuales, lo que extenderá los periodos de riego que se aplican hoy y se reducirán los cultivos más intensivos en agua, especialmente aquellos sin acceso a mejoras tecnológicas, según explicó el director del laboratorio PROMMRA del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena, Pablo Álvarez.
Ante este escenario, Álvarez precisó que es indispensable iniciar "una nueva forma de pensar el territorio", ya que a pesar de los avances tecnológicos, estos no logran "mantener lo que tenemos".